Torre Cardela
Torre Cardela es una localidad de la comarca de los Montes Orientales de la provincia de Granada. En el año 2012 contaba con 920 habitantes. Su extensión superficial es de 15 km². Sus coordenadas geográficas son 37°30′ N, 3°21′ O. Se encuentra situada a una altitud de 1.214 metros.
Historia
Nuestro pueblo tiene raíces prehistóricas, así lo demuestra los hallazgos de la época megalítico-calcolítico, entre ellos podemos destacar utensilios de caza que se exhiben en el museo arqueológico de Granada, nuestra gran altitud y los manantiales existentes en la zona hizo de esta colina un lugar privilegiado para la caza. Desde tiempos remotos, Torre Cardela ha sido testigo del paso de diferentes civilizaciones, tantas que se podría decir que siempre ha habido presencia humana en estas tierras desde la prehistoria hasta nuestros días; los hallazgos de monedas pre-romanas en el lugar conocido como los billares y los últimos hallazgos de restos humanos de la época tardo romana, así lo demuestra.
Fue sin embargo en la época nazarí cuando nuestras tierras se convirtieron en los ojos de los Montes sitio predilecto para la vigilancia de los territorios árabes del reinado de Granada. Nuestro “Torreón”, torre vigía nazarí y punto de conexión entre los castillos de Piñar y Montejicar, fue de vital importancia en la defensa del reino de Granada.
Paso obligado por los viajeros de todos los tiempos, nos hace presumir de la buena situación y comunicación, así como de nuestros paisajes ondulados y llenos de colorido. Legado de nobles, desde el siglo XVI, fueron los condes de Girón y posteriormente los Ulloa, las familias ligadas a la historia de nuestro pueblo.
Sin embargo fue en el siglo XIX cuando nuestra población toma categoría de villa, agregándose a la diócesis de Guadix con la creación de nuestra iglesia (San José); también existía la ermita de santa Catalina de Sena al sur de la villa y un oratoria en el cortijo de Doña Marina, aunque en termino de Guadahortuna, pero cuyos feligreses pertenecen a nuestra parroquia. La agricultura hasta últimos del siglo XX donde se transforma y adopta el cultivo del olivar y los cerezos en los años 90, se resumía en cultivos de cereal, yeros, escaña, garbanzos, habas y lentejas; la ganadería en ganado lanar, cabrio, de cerda y el de labor. La industria en el pueblo allá por el año 1842 se resumía en dos molinos harineros de viento, uno de los cuales se conserva en perfecto estado, únicos en la provincia de esta categoría.
A principios del siglo XX la floreciente industria azucarera en Granada hace emigrar a la población de la localidad produciéndose así la primera ola de emigración, la segunda vendría en los años sesenta a Alemania y Cataluña principalmente, debido a la larga crisis que se arrastraba desde la pos-guerra. El desmonte también en estos años hizo del territorio una zona dedicada plenamente al cultivo del cereal pero acarreando una tala indiscriminada de especies como la encina y el quejigo.